Te presento la primera parte de las 20 reglas que te ayudarán a mejorar tu diseño gráfico. Espero te sirvan y las sepas aplicar de la mejor manera.
1. «Ten un concepto».
Diseñar sin concepto es como pretender atravesar un desierto sin una brújula: seguro que te pierdes. Y si tú te pierdes, nadie te va a encontrar, nadie va a saber qué quieres decirle. Por eso, es fundamental tener muy claro qué quieres decir y cómo vas a hacerlo.
2. «Hay que comunicar, no decorar».
En comunicación nuestra finalidad nunca debe ser “que quede bonito”. Reconozcámoslo: no somos artistas, ni pretendemos serlo. Nuestro objetivo no es la pieza gráfica en sí misma, sino la respuesta que obtendremos gracias a ella de nuestro público objetivo. Esto no significa que no deba ser estéticamente buena, todo lo contrario: creamos objetos de persuasión. En este sentido, todo lo que coloquemos en un diseño debe comunicar, debe tener una razón de ser. ¿Quieres poner un adorno? Piensa más bien en una forma de significar y hacer más recordable un mensaje.
3. «Habla con un único lenguaje visual».
Hay que ser coherentes, especialmente en lo que a identidad visual corporativa se parece. Todas las piezas gráficas deben ser como hermanas: diferentes, con personalidad propia, pero con la misma esencia. Así se construyen visualmente las marcas, así las hacemos recordables y reconocibles.
4. «Utiliza dos familias tipográficas como máximo».
A lo que nosotros añadimos “y úsalas para jerarquizar la información”. La tipografía puede ser de gran ayuda para comunicar un mensaje, o puede ser un arma de destrucción masiva, generando un caos incomprensible y dificultando la lectura. Puedes ayudarte del color, el tamaño y el estilo de la letra.
5. «Golpea en dos tiempos: ¡un, dos!».
Desengañémonos, nos van a dedicar un minuto si tenemos suerte. No es por ponernos finos, pero el ser humano es así: la resistencia cognitiva impide que nos fijemos en todo lo que nos rodea, y menos mal, porque nos volveríamos locos. Pero claro, esto es un problema para el mundo del diseño. Solución: guía la mirada del que te ve, destaca lo que verdaderamente importa y aprende a captar la atención: el número dos es nuestro objetivo, pero si no ven el uno no te van a hacer caso y se quedarán ahí.
6. “Escoge los colores con un propósito”.
Los colores están para usarlos, atrévete a hacerlo, pero con criterio. Úsalos, son un arma muy potente, pero cuidado con ellos, pueden volverse en tu contra. En la imagen que a continuación te mostramos puedes ver una publicación en la que cada sector de actividad se identifica con un color, facilitando su representación gráfica y su reconocimiento.
7. “Si puedes hacerlo con menos, adelante”.
O lo que es lo mismo, menos es más. Para todo hay excepciones, pero esta regla garantiza que no te equivocarás: ante un estimulo sencillo, más posibilidades de ser leído, escuchado, visto… obvio.
8. “El espacio negativo es mágico: no lo rellenes, ¡créalo!”
Nosotros preferimos llamarlo “no le tengas miedo al blanco”. No hay que llenarlo todo, hay que dejar respirar el diseño o sentirás al verlo la misma sensación que al entrar en el metro a las 7:30 h. Las piezas gráficas en muchas ocasiones son como las personas: valen más por lo que callan que por lo que cuentan.
9. “Trabaja la tipografía como si tuviera la misma importancia que la imagen”.
A lo que nosotros añadimos, “porque de hecho la tiene”. La capacidad comunicativa de los caracteres escritos es infinita, y no sólo por lo que nos dice el significado de la palabra, sino por lo que nos cuenta la forma gráfica de la misma.
10. “Los tipos sólo son tipos cuando son agradables”.
Si no, no se sabe muy bien lo que son. Hay que ser armónico, hay que ser claro y, sobre todo, hay que ser legible. Puede ser muy bonito, pero si no se lee no nos vale para nada. Facilita la lectura y te leerán.
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