La digitalización y la implementación de herramientas digitales ya venía invadiendo el cómo operaban las empresas. No obstante, la pandemia mundial ha acelerado estos procesos y con ello forzado al segmento empresarial a adaptarse y reinventarse con agilidad a la era digital.
El choque inicial con la pandemia fue y aún es durísimo. Estamos mirando hacia una “nueva normalidad” y con este cambio, aún incierto tanto en su impacto y dimensión, llega la convicción de que buscar una nueva forma de hacer negocios y crecer es una cuestión de supervivencias para las empresas de hoy.
En pocos días, medidas de seguridad y salud pública tuvieron un impacto directo en la mayoría de los segmentos de negocios. Diversas empresas principalmente Pymes que tenían sus operaciones físicas comenzaron a tener sus acciones tradicionales inviables. Eso se reflejó rápidamente en la baja en ventas, dejando esos negocios en un riesgo inminente.
Las pequeñas y medianas empresas, son responsables por el 80% de los empleos formales y tienen caja para operar máximo 30 a 120 días. Eso hace aún más desafiante pasar la crisis sin fallar. Las grandes empresas, por su tamaño y escala, reconocimiento de marca y capacidad de caja, tienen mayores condiciones de pasar por la crisis sin grandes impactos de medio y largo plazo.
Antes de las crisis, muchas empresas estaban cerrando el primer semestre con su planificación andando, sus estrategias de crecimiento y retención ya comprobadas siendo puestas en práctica, presupuestos destinados y áreas comerciales enfocadas en ventas. Otras ya aceleraban su crecimiento, con estrategias nativamente digitales como el Inbound Marketing, aun no siendo, en algunos casos, la principal fuente de adquisición.
Las prioridades de los clientes también cambiaron y existe una incertidumbre general en la toma de decisión, lo que los hace menos dispuestos a comprar. Con el ciclo de venta más largo, las personas requieren de más tiempo para elegir mejor dónde invertir, qué cortar y tener la certeza de que vale la pena la inversión.
El mercado nunca más será el mismo y tampoco la forma de adquirir clientes, el mundo ya estaba migrando para lo digital y ahora, quedarse atrás no es una opción, segmentos que no operaban con plataformas online ahora se adaptan al nuevo escenario, como instituciones educativas con clases y cursos virtuales, además de profesionales autónomos ofreciendo consultorías a distancia y las tiendas físicas que han explorado canales sociales y transformando sus modelos de negocio a ventas online.